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Viernes, 19 Diciembre 2014 16:05

Celia Teira (España. Diciembre 2014)

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foto Celia1Celia Teira  (España. Diciembre 2014)

A la hora de escribir esto, me doy cuenta de que ya he pasado 13 meses en Bolivia, y parece que fue ayer cuando llegaba al aeropuerto Viru-Viru pensando en que si nadie iba a buscarme, no tenía ni idea de qué hacer en Santa Cruz... pero rápidamente aparecieron planes, personas y viajes increíbles.

A la hora de escribir esto, me doy cuenta de que ya he pasado 13 meses en Bolivia, y parece que fue ayer cuando llegaba al aeropuerto Viru-Viru pensando en que si nadie iba a buscarme, no tenía ni idea de qué hacer en Santa Cruz... pero rápidamente aparecieron planes, personas y viajes increíbles.

En el proyecto Hombres Nuevos, he tenido oportunidad de colaborar en Camino Nuevo y Comunidades Educativas. En el primero, los chicos del mercado me enseñaron muchas cosas acerca de los aprendizajes significativos y funcionales: sabían manejarse con dinero, números de micro, carteles del mercado… pero no hacer cuentas en papel ni leer las fichas del colegio (lo cual da mucho para reflexionar acerca de cualquier sistema educativo). En Comunidades Educativas, no solo he aprendido de la capacidad de trabajo y paciencia de mis compañeros en la oficina; sino que también, en los colegios, he encontrado profesores con una vocación fuera de lo común, y grupos de familias, que han demostrado una responsabilidad e implicación en la educación de sus niños, digna de admiración. Los talleres de adaptaciones curriculares, y los grupos de juego de padres e hijos, para la estimulación del lenguaje, han sido mi principal actividad. Sin embargo, no han faltado actividades de todo tipo (convivencias con chicos de secundaria acerca de pandillas, drogas…; charlas a padres sobre estimulación del lenguaje o conducta; y todas las actividades generales de CEHN a lo largo del año: entrada folklórica, talleres formativos; apoyo educativo; etc.).

En cuanto a las personas, la variedad y cantidad que pueden llegar a conocerse, pone a prueba la capacidad adaptativa de cualquiera. El proyecto es un aprendizaje diario de convivencia, en el cual, las personas “fijas” -bolivianos en su mayoría, son un modelo a seguir (y una alegría saber que existen y están ahí).

Luego, a toda esta actividad, se suma la locura personal de cada uno, y así, en este tiempo, he disfrutado del curso preparatorio de la Escuela Nacional de Teatro; de colaborar en un colegio de educación especial; con varios centros de diagnóstico impartiendo cursos de intervención en la comunicación, lenguaje y habla (de personas con Trastorno del Espectro del Autismo; con Trastorno Específico del Lenguaje…); y he viajado a Cochabamba, para colaborar con la Universidad San Simón, en un diplomado sobre esto mismo. ¡También me escapé a la Paz y a la Chiquitanía, para descansar, en algún hueco libre! Y ha merecido mucho la pena. En general, no me queda más que agradecer la oportunidad que me ha brindado el proyecto de seguir creciendo en esta tierra, y animar a que otras personas lo hagan.

Leído 2108 veces Modificado por última vez el Miércoles, 17 Enero 2018 10:24