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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

07.09.2022

VIOLENCIA Y AUSENCIA DE DIOS

Estamos afligidos, desolados, atormentados por la sangre derramada en tantos feminicidios, infanticidios, por los millones robados a los pobres, por la corrupción de nuestros dirigentes políticos y los millones perdidos por los empresarios responsables a causa del contrabando, y también por la guerra de Rusia contra Ucrania, por las mentiras y falta de voluntad política de lo que nos gobiernan.

Llevo 30 años en Bolivia, y cuando llegué en 1992, encontré una Bolivia pobre, pero sana, comunitaria, solidaria que contaba siempre con “Diosito”. En el Plan 3000 solo había un templo y sus 75000 habitantes de entonces, clamaban por una Iglesia. Hombres Nuevos ha levantado 16 templos en toda Bolivia, 9 en el Plan 3000, a petición de la gente. ¿Razón? Hay que estar bien con “Diosito”. Viniendo de la Europa secularizada, me sorprendió el sentido religioso con sus magias, la necesidad de “Diosito” y contar con la Mamita de Cotoca, Urkupiña, Copacabana o el “Justo Juez”.

Consecuencia de esa presencia de “Diosito” en nuestra gente, se vivía un ambiente, sin violencia, que hoy se ha multiplicado en crímenes, muertes, violaciones, extorsiones, corrupción generalizada, crecimiento del narcotráfico… situación dramática de la que parece que pasan los que nos gobiernan, que no hacen nada por remediarlo y crear una cultura de paz.

Bolivia está amenazada de muerte, se están cerrando los caminos hacia una Bolivia moderna, democrática, pacificada, reconciliada, donde vivamos todos los bolivianos del Occidente y del Oriente en paz, porque todos somos bolivianos y tenemos derecho a ser libres, a pertenecer al partido que queramos, sin ser perseguidos, y a ser respetados, con una justicia honesta que no conoce la corrupción.

Creo que un factor determinante en estas situaciones de violencia, de enfrentamiento, acoso político, sexual, trata de personas, cada día más extendida es que nuestra sociedad no cuenta con “Diosito”, prescinde de Él y así caemos en los instintos más bajos.

¡Dios salve a Bolivia!