02/11/2011
REVOLUCIÓN ÉTICA
por Nicolás Castellanos Franco
No queda otra que actualizar los lenguajes teológicos, pastorales y sobre todo, el lenguaje simbólico.
Lo mismo que la Iglesia hace 50 años afrontó la traducción de los textos latinos, hoy la empresa es más ardua, se trata de una fuerte labor de actualización del lenguaje en profundidad y capacidad de comunicación con la mujer y el hombre de hoy. Este es uno de los grandes retos de la Iglesia, y además con urgencia y solvencia. No se puede esperar. Creo que es más prioritario que la atención que se presta con exceso a los temas sexuales.
En vez de perseguir, habría que potenciar más en la Iglesia al que tiene algo significante que decir y lo sabe decir. Cuando Hans Kung interviene en la televisión alemana se llena la audiencia. Y ene se paradigma la actitud y conducta ética mundial ejemplar adquiere un relieve y dimensión fundamental.
Adela Cortina Orts cree urgente hacer una revolución ética. Y lo razona: en la distribución de recursos estamos bajo mínimos de justicia. Hay medios suficientes para que nadie pase hambre ni sed. Sólo falta voluntad. Además yo no veo que las gentes que cuentan con todos los medios vivan felices, y tan pletóricos. Por razones de justicia y de felicidad hemos de hacer una revolución ética.
En vez de perseguir habría que potenciar
La otra dirección consiste en aplicar su capacidad de asimilar la realidad actual para presentar su oferta gratuita del Reino, que anunció Jesús. Insiste Karl Rahner en que la Iglesia para corresponder a este momento tiene que acelerar el tiempo y aumentar la medida de su transformación en lo modificable.
Creo y practico modestamente este paradigma de otra manera de ser Iglesia. Y por eso creo que es posible y factible, su aplicamos el dicho ignaciano: como si todo dependiese de Dios y todo dependiese de nosotros. A lo mejor es que la Iglesia de hoy le falta creatividad, profecía y confianza en el Espíritu Santo.
Columna de Opinión. REVISTA 21 (Nº 948. Noviembre 2011) www.21rs.es