Hombres Nuevos llegó a mis oídos, como a los de otra mucha gente, por la boca entusiasmada de quien ha conocido y vivido la obra del Proyecto Hombres Nuevos en el barrio Plan 3000. El voluntariado en Hombres Nuevos te cambia, pero da igual las veces que te lo digan; hasta que no lo vives no lo puedes entender.
Después de 9 años vuelvo a tierras bolivianas, esa tierra de contraste con esa mezcla de colores, olores, sonidos,…que producen una mezcla de sentimientos que no podrás olvidar en la vida y que harán que la sientas como parte de ti.
Mi tiempo era reducido esta vez, apenas cinco semanas, así que no sabía cuál iba a ser mi lugar de apoyo, y la verdad que ya conocidos cada uno de los proyectos, cualquiera de ellos me parecía muy interesante.
Una vez allí, por mi perfil de maestra y viendo la necesidad de ocupar un lugar en un aula de kinder de niñ@s de cinco años, estuve apoyando todas las mañanas. La clase era de 30 alumnos, y tenía conmigo una profe de apoyo. La experiencia fue muy interesante y de puro aprendizaje, los primeros días todo te parece caótico, acostumbrada a las normas y disciplina española, pero una vez allí hay que ubicarse en donde estas y cada día era una rica experiencia.
Hoy me he reunido con Alex, uno de los jóvenes emprendedores residente en el Plan3000 que se ha beneficiado del programa de microempresas que ya hace años puso en marcha el Proyecto Hombres Nuevos. Mi intención no ha sido más que escucharle y poder compartir con él mi experiencia en la gestión de empresa y en la comercialización de productos por si podíamos buscar sinergias e intercambiar información que le pudiera a él ser útil para mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad de su pequeña empresa de chips de banana con sabores. Estando con Alex, me he acordado de los 25 años de trabajo que como Director de Producto (entre otros muchos cargos más) desempeñe en una de las grandes empresas internacionales española del sector de la moda y que dejé atrás hace ya 3 años. Di por finalizada esta larga etapa de mi vida básecamente por desgaste y desmotivación. Aunque suene a tópico, me di cuenta que por muy bien que me ganara la vida, no era feliz y necesitaba otros retos y esteímulos. Renunciar a un trabajo con esas condiciones no fue nada nada fácil, pero finalmente me atreví a dar el paso.
Para mí ha sido un regalo de la vida haber tenido la oportunidad de ser voluntaria en el Plan 3000 con Hombres Nuevos.
Fue una experiencia muy intensa y humanamente enriquecedora a todos los niveles, físico, emocional, mental y espiritual.
Desde el primer día que llegué me sentí imantada con aquella realidad. Estaba alegre, despierta y llena de vitalidad y energía. Me resulta muy difícil resumir en unas pocas palabras todo lo que pude ver, oír y sentir en el mes que pasé allá.
A la hora de escribir esto, me doy cuenta de que ya he pasado 13 meses en Bolivia, y parece que fue ayer cuando llegaba al aeropuerto Viru-Viru pensando en que si nadie iba a buscarme, no tenía ni idea de qué hacer en Santa Cruz... pero rápidamente aparecieron planes, personas y viajes increíbles.
Todo ser humano necesita a lo largo de su vida tener experiencias y vivencias que le hagan ver y entender el porqué de su existencia en la tierra. Esta necesidad de experimentación forma parte de la naturaleza humana pues a través de ella somos conscientes de quienes somos, que papel jugamos en el Universo y hacia donde nos dirigimos.
La verdad es que yo caí por el Plan 3000 en Santa Cruz de la Sierra, un poco por casualidad. Me gusta viajar y una vez, conversando con Nicolás Castellanos, comenté que, en las vacaciones, me gustaba largarme por ahí, por el mundo, no de "mochilero" pero sí un poco al margen del turismo de masas. Me comentó cosas de Bolivia: que es un país similar al Perú pero sin el Machu Pichu (al que todo el mundo viaja). Bolivia, con el Titicaca y el Salar de Uyuni, turísticamente está sin explotar.
Mi nombre es María Guillén, voluntaria de Galapagar (Madrid), y he tenido la enorme fortuna de que la familia de Hombres Nuevos, el Plan 3000, Bolivia y los bolivianos y bolivianas me hayan permitido compartir con ellos este último año de mi vida. Antes de comenzar me gustaría felicitar a todos/as los que forman Hombres Nuevos por su trabajo y agradecerles la generosidad con que me han hecho participe de todo ello.
Durante las pocas semanas que duró mi voluntariado, se abrió ante mí un nuevo concepto de pobreza. Mas que hambre, hay malnutrición y sobre todo una falta de educación y valores que nunca pensé encontrarme, cosas como el amor familiar, el respeto a la mujer o el cuidado a los niños no son reglas absolutas allí.
Quiero empezar esta memoria uniéndome a María Virgen y con ella al unísono entonar con asombro y humildad: "Señor has hecho grandes maravillas por mi" (Lc. 1,49). Efectivamente el Señor ha hecho grandes obras en mi, una de las grandes maravillas que Dios hizo en mi vida, es haberme permitido formar parte de la familia de "Hombres Nuevos", experiencia donde mutuamente nos enriquecimos.
Nací en el Municipio de Oviedo, provincia de Pedernales (República Dominicana) en el extremo sur de la línea fronteriza con Haití y en la cual se localizan las cinco provincias más pobres de mi país.
Aunque el titular sea muy recurrente, con un paralelismo fácil con el nombre de la Fundación y Proyecto, resume a la perfección como se siente este humilde periodista cantabro con casi 9 meses en el Plan 3000. Después de muchas idas y venidas, decepciones laborales y sentimentales, EREs, nóminas sin cobrar, problemas para ajustar los pagos a principios de mes....en fin, todo aquello que agobia a cualquier modesto trabajador y joven español, son cosas banales después de lo visto y vivido en el Plan 3000.