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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

26-10-1226/10/2012

Premio a la Excelencia Educativa a Nicolás Castellanos

En una ceremonia especial realizada en Casa de la Música de Quito (Ecuador), el presidente de la Fundación Hombres Nuevos, Nicolás Castellanos Franco, recibió el Premio a la Excelencia Educativa, otorgado por la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina (Fidal) y la revista Edu@news. La expresidenta de Ecuador y actual presidente de Fidal, Rosalía Arteaga, fue la responsable de entregar el icono y la distinción a Nicolás Castellanos, no sin antes haber realizado una amplia exposición sobre las obras realizadas desde la Fundación Hombres Nuevos. Rosalía Arteaga al momento de entregarle las distinciones, enfatizó que se hace ecuánime y legítimamente relevando su edificante esfuerzo y tenacidad. Es importante reconocer el esfuerzo y trabajo que el Monseñor Nicolás Castellanos viene realizando en pro de los jóvenes y la educación. Bajo la premisa de “maestro, tus estudiantes saben que eres el mejor y es tiempo que el Ecuador y el mundo lo sepan. La distinción estuvo materializada en un artístico icono de cobre que simboliza el reconocimiento del Ecuador a los Héroes Educativos del País y excepcionalmente de otras latitudes, hombres y mujeres que consagran su vida y esfuerzo a este empeño. Además de la estatuilla se hizo extensivo un pergamino que también acredita haber sido merecedor del premio a la excelencia educativa. Por su trabajo constante y decidido a favor de la educación. Tras recibir el galardón, las primeras palabras de Nicolás Castellanos fueron de agradecimiento a la Fundación Fidal y a la revista Edu@news por la distinción concedida. En su intervención Nicolás Castellanos expresó que a pesar de las dificultades, que acechan siempre, y padeces en tu propia carne, sin perder la paz, ni la serenidad de espíritu, la amistad, la oración, la Fraternidad, la misión y pasión por los pobres, te pacifica, te gratifica, te llena de esperanza para seguir de camino y seguir ilusionado en el Reino, metido existencialmente en esos pequeños relatos liberadores, en la perspectiva de la teología de la liberación. Finalizó su discurso afirmando que desde América Latina, tanto la palabra, como los signos de los tiempos, nos llaman a ser discípulos y profetas en Fraternidad, Marcos 8,22 al 10,52 nos enseña cómo ser discípulos del Señor. El punto central del discipulado: Servir y dar vida.