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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

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20/11/2012

Éxito de la presentación de "Resistencia, profecía y utopía en la Iglesia hoy" (RD-Herder)

"Hay que vivir en la Iglesia con libertad, con alegría, con profecía". Nicolás Castellanos, el obispo que renunció a su palacio en Palencia para ir a trabajar con los más pobres de entre los pobres de Bolivia, recibió ayer un merecido homenaje durante la presentación de "Resistencia, Profecía y Utopía en la Iglesia hoy", el libro que ha publicado en la colección RD en Herder y que esta noche fue presentado en el ICAI de Madrid.

Con la asistencia de 150 personas y una mesa de lujos, con el ex presidente del Congreso, José Bono; el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas; el presidente de Mensajeros de la Paz, Ángel García; el director de Religión Digital, José Manuel Vidal; y el editor de Herder, Raimund Herder. Y una sensación de Iglesia viva y comprometida, indignada y creativa, con ganas de seguir luchando por un mundo y una Iglesia mejores.

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"Una Iglesia que sea más hogar que cárcel, que sea más tienda de campaña que torreón defensivo. Creo en una Iglesia que se aleje del poder, del tener y del saber como armas de opresión, y que en actitud de despojo comparta con los más pores, al estilo de Jesús, lo que tiene y lo que sabe", manifestó Castellanos, quien reivindicó la necesidad de "recuperar el espíritu, la letra, la mística del Concilio Vaticano II".

Nicolás aseguró haber escrito este libro pretendiendo alentar tres grandes actitudes: "resistencia, sin claudicaciones, sin amarguras, sin miedo a todo aquello que se opone al Reino y la Iglesia como signo y sacramento del Reino; profecía en el anuncio, denuncia en consolación y en ejercicio multiplicado de misericordia, compasión y solidaridad; utopía, la Iglesia como espacio del sueño del Dios de Jesús".

Una Iglesia crítica consigo misma, como dijera antes de morir el cardenal Martini, sin miedo y con coraje, abierta a los interrogantes y a una "Iglesia siempre reformada", movida por "la pasión por Jesús, por la Iglesia y por la justicia social y la opción por los pobres".

"Nos convendría ser de los de Nicolás", argumentó José Bono, quien afirmó que Castellanos "es un punto de referencia", y su libro "una denuncia". "Pertenezco a la Iglesia porque hay gente como tú", apuntó el ex presidente del Congreso, quien agradeció al autor que fuera "testimonio para los que estamos entristecidos. No estamos solos y queremos seguir perteneciendo a esta Iglesia, que no da lecciones sino testimonio".

Por su parte, el vicepresidente del Senado, Juan José Lucas, recordó cómo la tarea de hombres como Nicolás Castellanos "está transformando la realidad" frente al ejemplo de otras entidades, incluida la propia jerarquía eclesiástica, donde "no siempre detectamos que la humildad sea una de sus grandes virtudes".

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Otro de los presentadores fue un gran amigo de Castellanos, el padre Ángel. El fundador de Mensajeros de la Paz declaró que "soy de los tuyos, y también soy de los otros, de los de Bono y de los de Lucas, y creo en la iglesia aunque a veces sea incómodo o me sienta incómodo". "Amo a la Iglesia de Nicolás, a la que representas, a la Iglesia de Vicente Ferrer, la de Pedro Casaldáliga (autor del prólogo del libro. El epílogo, de González Faus), la de Yunus o la del doctor de la lepra Joaquín Sanz", añadió el sacerdote, quien recordó sus visitas a la "catedral" de Castellanos en Bolivia.

Por su parte, el director de Religión Digital, José Manuel Vidal, apuntó que el libro de Castellanos "no sólo es el libro de un obispo (que también), sino el de un profeta. De los que predican con el ejemplo. De los buenos samaritanos, que nunca condenan y bendicen siempre. De los que cumplen la doble función profética de anunciar y denunciar. Y, a la hora de denunciar, dejan palacios y mitras y se van al altiplano boliviano".

Sobre el libro, Vidal destacó que "es más que un 'Indignaos' eclesial. Es un libro para espolearnos a salir de la indiferencia; para ayudarnos a dejar ya el camino de la mística de la resistencia pasiva; para pasar a la resistencia activa y, desde ella, luchar por la utopía del Reino que exige una Iglesia mejor, con menos poder y más entrañas de misericordia".

Finalmente, Raimund Herder apuntó la oportunidad de la presentación de la colección RD-Herder, que aglutina el libro de Castellanos. "Es un gran honor tenerlo en el catálogo de Herder, en un momento en que se muestra en la Iglesia una cierta tendencia a lo que los ingleses llaman la espléndida desolación". Una desolación que no se percibió en los rostros de los asistentes, una panoplia de lo que es -o debería ser- la Iglesia de Jesús: jóvenes, ancianos, mujeres, sacerdotes, políticos... y hasta un obispo. Creando, y creyendo, para resistir, y para ser creativos por el Reino.