Gratitud. Marta Cacho Dueñas (San Cebrián de Campos, España 2023)
Querer resumir esta experiencia en unas líneas es muy complicado para mí, aunque si tuviera que definirlo en una sola palabra seria GRATITUD. Gratitud hacia el padre Nicolás y a todos los fraternos bolivianos y voluntarios que me han acogido como una más y me han hecho sentir como en casa.
Tantas sensaciones buenas me llevé en mi primer viaje que quise volver a repetir, cuatro anos después, esta maravillosa experiencia. En concreto han sido dos veces las que he estado en Bolivia: junio de 2019 y febrero de 2023.
En el 2019 estuve colaborando en dos proyectos: por la mañana iba al hospital Virgen Milagrosa del plan 3000, en el que ayudaba a la enfermera Elisabeth a tallar y pesar a los niños de la consulta de Pediatría. Por la tarde me dividía entre Mensajeros (un hogar de niños; yo colaboraba en las tareas escolares que los chicos tenían pendientes y hacíamos diversas actividades como ir a la piscina) y Comedores (un lugar en el que se brindaba apoyo escolar por las tardes durante el periodo académico).
Tras acabar mis estudios en España, regrese a Bolivia en febrero de 2023. Volvía dividir mi voluntariado en dos ámbitos: por las mañanas acudía al hospital, esta vez en calidad de ayudante de Medicina en las zonas de urgencias e internaci6n durante la epidemia de Dengue, y por las tardes asistí a las clases del cuarto curso del colegio Virgen de Urkupiña, ayudando a los alumnos en diversas materias escolares. Durante este mes también acudí en un par de ocasiones al Centro de Día de Adultos Mayores situado en la plaza de "El Mechero"' para elaborar unas hojas de registro de parámetros de salud a cada uno de los beneficiarios. En esta ocasión aproveché también a viajar por el país: conocer el salar de Uyuni, el carnaval de Oruro y se me brindó la oportunidad de visitar la comunidad de El Carmen Rivero Torrez junto a dos voluntarias más, en relación con uno de los tantos proyectos de la fundación.
En ambas ocasiones se me ha brindado la oportunidad de formar parte de esta gran familia, de aprender y sumergirme en la cultura boliviana, de crecer personalmente y de convertirme en mejor persona. Por ello, me siento infinitamente agradecida al padre Nicolás y a todas aquellas personas que forman parte de este proyecto, por hacer que mi estancia en Bolivia haya sido una de las mejores experiencias que he vivido y que viviré, de esas que te marcan para siempre. Segura volveré pronto de nuevo, porque una vez que vienes a Bolivia, te enamoras del país y de su gente.