Después de haber realizado algún voluntario internacional, me decidí a probar con los propuestos por CICODE, con la gran suerte de recibir una ayuda para poder ir a Bolivia a realizar un voluntariado.
De entre todos los proyectos que se podían escoger me llamó mucho la atención el Proyecto Hombres Nuevos de Bolivia, estuve buscando información y preguntando a algunas personas que sabía que habían estado allí y opte por solicitar la ayuda para ese proyecto. No me equivoqué.
Este proyecto se lleva a cabo en Santa Cruz de la Sierra, pero más concretamente en un barrio marginal conocido como el Plan 3000. Antes de volar para Bolivia tuvimos una charla y nos pusieron en antecedentes, algo que me parece muy acertado porque nos permite tener una noción de con qué nos vamos a encontrar.
Una vez allí me introdujeron en distintos proyectos que ellos tienen, desde microempresas hasta un centro de mayores y me presentaron al fundador del Proyecto, el Padre Nicolás. Además, conocí a los que iban a ser mis coordinadores y los guardianes de la casa de voluntarios, son personas sencillas y amables que siempre me han tratado bien.
El voluntariado que yo había escogido era perteneciente a la rama educativa pero cuando llegué a Bolivia y estuve hablando con personas distintas del Proyecto me di cuenta de que podía ejercer labor como logopeda, como los llaman allí: fonoaudióloga, así que cuando hablé con mis coordinadores y les expliqué mis estudios todos estuvimos más que de acuerdo en que podía ayudar a trabajar algunos problemas de lectoescritura o pronunciación en niños de distintas edades. Para mí fue algo muy gratificante porque pude ejercer de una profesión que me enloquece.
Mi voluntariado: Estuve siendo voluntaria en dos colegios, uno de ellos era un colegio de primaria y el otro era un colegio de infantil en el que trabaja de forma más directa con las profesoras y profesores.
Claudina C: este colegio se divide en tres módulos o edificios, el A y el B son de secundaria y el C es de primaria. El edificio en un primer momento no estaba pensado para ser un colegio así que tienen algunos espacios poco apropiados para niños. En este centro mi labor era fundamentalmente apoyo en la lectoescritura y trabajo directo en la pronunciación de los niños y niñas, ya que en Bolivia presentar muchísimos problemas para producir de una manera correcta los fonemas (sobre todo R y L), a consecuencia de esto presentan también muchos problemas de discriminación fonológica que se ven reflejados en la escritura.
Jesús María y José: este centro educativo es un poco más pequeño que el anterior, por las mañanas actúa como centro privado de niños de infantil y por las tardes tiene la misma función pero actúa como centro público. La labor que realizaba aquí era asesoramiento y apoyo a las profesores y profesores para tratar con niñas y niños que presentan dificultades severas en la atención, pronunciación y lenguaje. Había algún caso más extremo en el que ha sido necesaria la evaluación para implantar un sistema alternativo de comunicación.
En ambos colegios me he sentido altamente respetada y apoyada tanto por padres como por profesores y profesoras por lo que lo único que puedo sentir es agradecimiento por esta experiencia tan bonita y tan enriquecedora.