Después de terminar un máster de psicología en la Universidad de Granada y de formar parte de experiencias de voluntariado local, me decidí a solicitar una de las becas que ofrecía el CICODE en Bolivia. El proyecto se llevaba a cabo en Santa Cruz de la Sierra, una de las ciudades que presentan mayores desigualdades sociales.
Antes de volar a Bolivia, la organización Proyecto Hombres Nuevos nos dio una formación de aspectos tanto teóricos, como de otros más prácticos.
Los primeros días en Bolivia, otros voluntarios me enseñaron todas las actividades que llevaban a cabo, en las que trabajan con niños, adolescentes y personas mayores en riesgo de exclusión social.
El proyecto en el que me involucré estaba dividido en dos áreas:
Psicoeducativa en el colegio María Teresa Pulido, que fue el primer colegio fundado por la organización. Allí estaba con niños y adolescentes que presentaban dificultades específicas del aprendizaje. Los problemas más frecuentes eran de lectoescritura en primaria y de matemáticas en secundaria. Debido al alto ratio de niños por clase y la falta de atención en la supervisión al hacer las tareas en casa con la familia (ya que se ven obligados a realizar largas jornadas de trabajo), resulta fundamental un apoyo extraescolar. En un principio pensé que sería difícil motivarlos para que después de pasarse toda la mañana en el colegio, se quedasen también por la tarde para estas horas de refuerzo. Sin embargo, todos mostraban un gran interés por aprender y mejorar.
Psicosocial en Mensajeros de la Paz, que es un espacio de acogida a niños y adolescentes. Allí reciben apoyo extraescolar, actividades de ocio, música y deporte. Con los adolescentes pude realizar diferentes talleres individuales y grupales en los que tratábamos problemas del estado de ánimo, de comportamiento y habilidades sociales. También se les aseguraba un lugar seguro de expresión de sentimientos y pensamientos que estaban acostumbrados a no exteriorizar.
Creo que es esencial trabajar con los jóvenes como una herramienta de cambio para lograr una sociedad más justa y comprometida. La experiencia de ser voluntaria en un país como Bolivia ha sido un descubrimiento y un aprendizaje diario, tanto a nivel personal como profesional. Espero que estas experiencias sirvan para motivar a otras personas y se decidan a realizar un voluntariado, ya sea en nuestros barrios o a miles de kilómetros.