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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

11.07.2024

MISIONES DE HABLA ESPAÑOLA EN ALEMANIA

En homenaje al incombustible, amigo y misionero Alberto Torga Llamedo, capellán de la Misión Católica de Habla Española de Núremberg, publico este relato que escribí a mi regreso de confirmar en Múnich y en Núremberg en el año 2012.

Recién llegué de Múnich y Núremberg de confirmar hijos de emigrantes de España y América Latina. Lo realizo desde la década de los 80, siendo Obispo de Palencia y ahora desde Bolivia, en Múnich, Núremberg, Remscheid, Wuppertal.

Los éxodos migratorios del Sur hacia el Norte, además de masivos, dejan detrás regueros de lágrimas, llanto y rupturas. “Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir a otra cultura diferente”.

Testigo soy de sus dramas y, sobre todo, del papel relevante y significativo que desempeñan dichas Misiones Católicas. Se significan por sus presencias liberadoras integrales; acogen y acompañan, animan y dinamizan espacios humanos, sociales, religiosos, de alegría, dolor y marginación de la comunidad emigrante.

Las Misiones se configuran como hogares abiertos en donde las personas se humanizan, se evangelizan y pueden descubrir el sentido profundo de las cosas, de lo gratuito, de lo trascendente, de la Fiesta. Son espacios privilegiados para el encantamiento místico y simbólico, un refugio que salva al emigrante de la intemperie existencial, un lugar en donde se ejerce la función crítica y profética de las estructuras de injusticia institucional.

Y, sobre todo, se aplica el principio del acompañamiento ser solidario, a veces, de experiencias traumáticas caminar con ellas, sin dejar de ser cercano y amigo. Siempre hay tiempo para el otro, se está pendiente y disponible. En definitiva, estar presente de forma dinámica, con espíritu y amor.

Valoro y admiro este modo de presencia humanizadora y evangelizadora de las Misiones Católicas en Europa y rindo homenaje a todos los agentes de las mismas en las personas de mis amigos Alberto Martínez de Múnich, Alberto Torga de Núremberg, José Luis Cendra y José Antonio Arzoz de Remscheid, las Hermanas del Santo Ángel, mis hermanos Agustinos, Ceferino, Anastasio y Agustinas.