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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

13.09.2020

CORSINO ALISTE MESQUITA, COMPAÑERO QUERIDO

Me llega desde Brasil, la noticia de la muerte de Corsino Aliste Mesquita, Zamorano de Tola de Aliste, compañero de curso, agustino varios años en Brasil, posteriormente docente universitario, que formó una familia feliz, como pude comprobar en el 2019, cuando le visité y nos dimos un abrazo entrañable en Ubatuba, de viejos y entrañables compañeros.

Quiero compartir contigo, amigo/a el dolor de la separación de Corsino, pero en medio de la oscuridad de la muerte, despunta la aurora de ese nuevo día, cargado de luz y felicidad. En la muerte florecen las pequeñas resurrecciones, los aportes positivos que fuimos sembrando a lo largo del camino de la vida.

En estos momentos de dolor y esperanza, nos levanta el ánimo que el Padre bueno nos acoge en sus brazos porque nos regaló la esperanza en la Resurrección de su Hijo Jesús.

Ciertamente lloro la muerte de Corsino, pero en estos momentos, me puede la acción de gracias, porque Corsino fue siempre un don, un regalo tanto para los Agustinos y para mí, como para su esposa Zilda y sus dos hijos, el que vive en Ubatuba y la hija que vive en Australia.

Todos nos beneficiamos de su talento lúcido, su entrega generosa, de su sentido de la vida y de la historia siempre empujándola hacia adelante. Puedo decir que fue el compañero, el amigo y creo que también el padre, el docente, el servidor público, dispuesto a echar una mano, a colaborar, a compartir, a reducir tensiones y aliviar fragilidades y sufrimientos.

Creo que Corsino Aliste dejó huella y marcó la vida con señales claras de un compartir y estar en el mundo siendo suma y multiplicación.

Corsino Aliste Mesquita, hombre bueno, arrimó el hombro para mejorar los parámetros de la vida, hacerla más feliz y ser todos más felices. Así lo viví yo en los años que fuimos compañeros y amigos en la adolescencia y en la juventud en Palencia y en el Monasterio de Santa María de la Vid. Le recuerdo como compañero fiel, entregado, sincero, crítico, que le costó algunos disgustos.

Al despedirle ahora con cariño, rezo su muerte y le digo al Señor que le conceda el gozo y la paz del Reino. Y desde la distancia, desde Bolivia, acompaño a su mujer e hijos, en Ubatuba y a Marina y a su sobrina en Ponferrada (León) y a su sobrino agustino Félix Aliste Mesquita en Lisboa, a quienes envío un fuerte abrazo, recordando nuestra vieja amistad y tantos momentos felices compartidos.

Y al mismo tiempo, evoco la memoria en la oración de nuestro querido Ceferino Aliste Mesquita, agustino, gran matemático, compañero, cómplice en el Seminario Menor de Palencia, donde diseñamos con León Diez, Antonio Macía, Mariano Moreno, Serafín de la Hoz, José Villegas… aquella primavera vocacional y disfrutamos de nuestra amistad.

También evoco la visita que te hice a ti, Ceferino, y a Anastasio Esteban osa, siendo obispo de Palencia, en la Misión Católica de habla Española en Göppingen.

Doy gracias a Dios por haber conocido y compartido la amistad con Ceferino, Corsino, Marina Aliste Mesquita y también con su sobrino Félix Aliste Mesquita, agustino, discípulo mío y ahora ejerciendo el ministerio sacerdotal en Portugal.

Con una oración por mi compañero Corsino Aliste Mesquita, me despido con un hasta luego, porque pronto nos encontraremos en el Reino, para no separarnos jamás.

Descansa en paz, compañero y amigo Corsino Aliste Mesquita.

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