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PREMIO PRINCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 1998

01.04.2020

IGLESIA: ¿RELIGIÓN O EVANGELIO?

Lamentablemente, la Cuaresma va perdiendo los significados de otros tiempos. Jesús se retira al desierto y allí acontecen cambios sorprendentes sobre la visión de la vida, de las relaciones humanas, el valor del dinero, de la religión, del mismo Dios y, sobre todo, la esperanza de los pobres. Con todo, provoca en el creyente diferentes reacciones: “Ayuda a aquel con quien caminas, para que llegues hasta aquel con quien deseas quedarte para siempre” (San Agustín). Y ciertamente ahí, nos encontramos con el sentido último de la vida: Dios.

Fiódor Dostoyevski, en su novela Los Hermanos Karamazov, nos sitúa, enfrenta y provoca hacernos preguntas últimas en esta sociedad apresurada. Jesús baja a Sevilla a entrevistarse con el gran Inquisidor. El Evangelio frente a la Iglesia. Y el Inquisidor le increpa: “¿Por qué has venido a trastornarnos?”. La presencia de Jesús incomoda, es preocupante para la Iglesia. Y el Inquisidor explica el por qué: Porque vas por el mundo con las manos vacías, predicando una libertad que los hombres no pueden comprender, que les atemoriza, porque no hay nada más intolerable que ser libre. Ahí está el secreto del enfrentamiento entre el Evangelio y la Iglesia.

Al final, mi maestro, el profeta José María Castillo Sánchez, que se comunica con el obispo de Roma, Francisco, comenta y enseña y yo le sigo. Si la Iglesia se organizó como religión, y no como Evangelio, la Iglesia tuvo que pasar por donde pasan las religiones. Lo cual implica sumisión, dependencia, obediencia de sumisión, no de comunión, subordinación a los superiores que siempre tienen la razón y de ahí derivan la jerarquización,  los rangos,  el boato,  las distinciones propias de las sociedades civiles y profanas. “Esta es la gran tentación que superó Jesús y a la que sucumbió la Iglesia”.

Pero si lo miramos bien, contrasta el frescor, la alegría, la lozanía y la fruición que siente y vive el discípulo de Jesús. En el discipulado nos cautiva, enamora el horizonte que nos trazó Jesús, en la perspectiva del Reino. “Por supuesto que en la Iglesia se habla del Evangelio, se predica y se respeta, pero la Iglesia no está organizada ni gestionada de acuerdo con el Evangelio. Lo que más cuida la Iglesia no es la fidelidad del Evangelio, sino la obediencia a la Religión. Y por eso hemos convertido el Evangelio en un acto más de la Religión, que no soporta el Evangelio”.

Te he querido abrir el apetito para leer el Evangelio Marginado de José María Castillo.

Acabo de leer en Religión Digital este mensaje de José María Castillo: "Ha tenido que venir el coronavirus, para que la gente caiga en la cuenta de la diferencia entre religión y evangelio". "Estamos viendo en estos días que las manifestaciones públicas de la religión (procesiones, solemnes ceremonias religiosas, funciones sagradas en los templos, etc.) son un estorbo y hasta un peligro" "El evangelio es curación de enfermos, atención a lo que necesitan los más desgraciados de este mundo, los que están en peligro de muerte y hasta los difuntos"

"¡Qué enorme equivocación se cometió en la Iglesia cuando, con el paso de los años, terminó por fundirse y confundirse el EVANGELIO con la RELIGIÓN!"