Aunque el titular sea muy recurrente, con un paralelismo fácil con el nombre de la Fundación y Proyecto, resume a la perfección como se siente este humilde periodista cantabro con casi 9 meses en el Plan 3000. Después de muchas idas y venidas, decepciones laborales y sentimentales, EREs, nóminas sin cobrar, problemas para ajustar los pagos a principios de mes....en fin, todo aquello que agobia a cualquier modesto trabajador y joven español, son cosas banales después de lo visto y vivido en el Plan 3000.
Echando la vista atrás nos situamos en estas mismas fechas un año antes. Pongámonos en mayo de 2012.Vivía y trabajaba en Cantabria, muy satisfecho en el plano laboral, haciendo lo que me gusta, radio deportiva. De la mano de Radio Marca cantaba los goles del Racing de Santander en primera división, aunque muchos más eran en contra, y me sentía cómodo con cierto reconocimiento del buen trabajo que desarrollaba. Pero la famosa "crisis" hizo que por ser el más joven y el último en llegar fuese también el primero en salir.
A partir de ahí todo sucedió rápido, aún cuando lo recuerdo no se como decidí embarcarme en la aventura boliviana, pero casi sin ser consciente estaba con el billete (solo Ida) sacado hacia Santa Cruz y me embarcaba en un agosto de despedidas y en un septiembre, ya en el Plan 3000 de bienvenidas.
En ese momento no era consciente, pero comencé a resetear mi mente, a partir de cero, a pensar que la felicidad no la determinan las mismas cosas que me la determinaban anteriormente. Primero antes de llegar no era consciente de nada de lo que iba hacer, ni sabía donde vivir, y no conocía si quiera la figura de Nicolás Castellanos....parece mentira pero no me preocupaba lo más mínimo que iba a vivir, aunque parezca que puede ser un poco alocado pero sirvió para que mi curiosidad (periodística claro) empapase mi mente de todo lo nuevo que estaba viendo, y como ya dije comencé a resetear.
Hubo dos anécdotas que viví nada más llegar que parecen menores pero que empezaron a cambiar mi forma de ver las cosas. Primero, ver a 20 chicos en el hogar de mensajeros repartirse una botella de coca cola de 2 litros, equitativamente para compartir juntos, sin egoísmo, felices por tomar un simple vaso de refresco juntos. Repito que parece una tontería, pero imagínense un niño del primer mundo repartiendo refresco y solo un vaso para cenar. Pues eso.
La segunda es en el ámbito futbolístico. A los que aman el fútbol y compiten, pensando que hasta los amistosos son una batalla incluyendo las llamadas "pachangas" deben pasarse por la ciudad de la Alegría y jugar un partido con los jóvenes de la residencia. Me llamó poderosamente la atención el primer partido que jugué con ellos. Golpes, caídas, goles cantados fallados....pero en lo que España produce violencia verbal y física, piques innecesarios con ellos solo era diversión y felicidad. Dos horas de fútbol sala los domingos por la tarde son un acontecimiento que ninguno se pierde.
Esas dos anécdotas marcaban el inicio del nuevo yo, mi nuevo yo primario. Aunque realmente no sepa como definirlo exactamente, la palabras que mas se acercan podrían ser "felicidad y alegría". Felicidad por estar muy a gusto con lo que hago, por divertirme cada día con cada nueva aventura y por convivir y compartir con todos los que pasan por acá, y tener el corazón ocupado en cada acción y con cada persona, y sabiendo que la felicidad continuará donde el viento me lleve. La definición de alegría viene por vivir en "La ciudad de la Alegría", en una casa de llamada "Los Alegres", por reír a cada momento, hacer reír, disfrutar de la risa de otras personas y pensar que ver a gente luchando por sobrevivir (comer cada día) y siguen con la sonrisa en la boca sirven para acostarse sabiendo que con solo una forma de actuar y ser, estoy haciendo la vida un poco más "alegre" a quien me rodea.
Hace 9 meses se inició un reseteo mental que se fue guiando con la alegría de niños pobres en el comedor social, entrenamientos descalzos de niños en las Escuelas deportivas celebrando goles, una cena de navidad sentado en el suelo después de servir la comida a los ancianos del barrio, lo divertido que es sentarse juntos a comer un poco de bacalao llegado por sorpresa desde España, bailar con cualquier canción y en cualquier sitio...en fin, después de un reseteo, hay un inicio nuevo, y volviendo al nombre de nuestra Fundación y Proyecto, ha nacido un Hombre Nuevo.