Mi nombre es María Guillén, voluntaria de Galapagar (Madrid), y he tenido la enorme fortuna de que la familia de Hombres Nuevos, el Plan 3000, Bolivia y los bolivianos y bolivianas me hayan permitido compartir con ellos este último año de mi vida. Antes de comenzar me gustaría felicitar a todos/as los que forman Hombres Nuevos por su trabajo y agradecerles la generosidad con que me han hecho participe de todo ello.
Mi interés por la cooperación y el voluntariado venía desde hacía tiempo, por ello en 2008 me decidí a conocer de cerca otras realidades que estaba segura existían más allá de las comodidades que disfrutamos en nuestro "primer mundo". Realicé un voluntariado de 3 meses con otra organización en un pequeño municipio al norte de Santa Cruz, y como supuso una inolvidable pero corta experiencia estaba interesada desde entonces en volver. Así fue como conocí el Proyecto Hombres Nuevos a través de otra voluntaria que colaboró con él, y a través del reportaje de TVE, En Portada La nueva misión. Todo ello me hizo decidirme a solicitar el voluntariado en Hombres Nuevos, que me aceptó poniendo en práctica su ya conocido lema de casa de puertas abiertas.
Mi experiencia comenzó en julio de 2010 y puedo decir que ha sido un año repleto de aprendizaje en todos los sentidos. He desarrollado mi trabajo en diferentes áreas del Proyecto Hombres Nuevos. Mi formación como trabajadora social me ha permitido colaborar en el Hospital Virgen Milagrosa, en Comunidades Educativas y en los Comedores Sociales. Además he colaborado con el Equipo de Proyectos y en el proyecto del Centro para hijos/as de zafreros. A nivel profesional el aprendizaje ha sido inmenso. La dura realidad que rodea a los/as bolivianos/as te pone frente a situaciones que jamás conocería en España y que te hacen crecer como profesional, pero sobre todo como persona.
Esta realidad es especialmente difícil en una zona como el Plan 3000, un barrio empobrecido y olvidado del que pocos/as conocen, y lo que es peor, pocos/as tienen interés por conocer, pero repleto de gente maravillosa y fuerte, que enfrenta la vida con valentía, sin perder la esperanza y el optimismo. Aunque la frustración a veces se haga presente al no poder controlar ni impedir situaciones injustas y terribles, una aprende que lo que importa es seguir y persistir. Es importante por un lado tener muy presente la acertada afirmación de Nicolás Castellanos, "Lo que tú no haces queda por hacer", que personalmente me ha movilizado y motivado para seguir adelante en muchas ocasiones, y por otro no olvidar y perder de vista para qué y por quienes uno ha venido a trabajar.
Además la experiencia de vivir en comunidad es otro aspecto que destacaría. A diferencia del Norte, donde ya está instalado el individualismo que nos aísla y nos hace olvidarnos del otro/a, aquí en Bolivia he podido experimentar una realidad comunitaria, solidaria y fraterna. Puedo decir que me sentí desde un inicio como en casa. Y puedo decir y digo que acabo esta experiencia sintiéndome verdaderamente en familia. Y eso es en lo que se ha convertido para mí la comunidad de Hombres Nuevos durante este año, en una verdadera familia, de la que se aprende en el día a día, en la convivencia. He aprendido además de todos/as y cada uno de los/as voluntarios/as que han pasado por el proyecto, celebrando sus llegadas y sufriendo sus partidas. He podido conocerme a mí misma de una manera que dudo se pueda hacer viviendo rodeada de todo, lo necesario e innecesario, como vivimos en el Norte.
Vuelvo a casa diferente, muy diferente. Con el aporte de todos/as y cada uno/a con los/as que he cruzado mi camino durante este año, y con una forma de ver las cosas, la vida, muy distinta. Dudo si me acostumbraré al ritmo y forma de vida nuevamente de España. En cualquier caso estoy segura que mi forma de vivir y ver la vida desde ahora, aquí o allí, ya no es la misma. Y este es precisamente uno de los mayores regalos que me llevo de Bolivia.
Me gustaría animar con esta experiencia a todas aquellas personas que sientan en su interior la inquietud de conocer más allá de la comodidad y seguridad que nos ha regalado la vida al nacer en el Norte. A todos/as aquellos/as que quieran vivir la experiencia de poner en práctica y colaborar en la utopía de alcanzar un mundo mejor. Bolivia es un país que enamora y deja huella. El coraje y voluntad de sus gentes para enfrentarse a una realidad que se empeña en ponerles barreras y dificultades les convierte en seres especiales que definitivamente me van a acompañar por el resto de mi vida. Estoy segura de que algún día mi Bolivia y mis bolivianos y bolivianas tendrán el presente y futuro que se merecen. Hombres Nuevos en su día a día trabaja por ello. Yo con mi año con ellos/as he intentado aportar lo que creo estaba en mi mano. Me gustaría pensar que de alguna manera lo he conseguido.