Clara Fernández Gutiez (Palencia, España 2022)
Hola, soy Clara Fernández Gútiez de Palencia y durante 6 semanas tuve la oportunidad de conocer una realidad muy diferente a la que estaba acostumbrada y que me hizo crecer como persona. Todo comenzó con una charla con mis padres, un ánimo, nosotros estamos a tu lado, una búsqueda de información y la posterior puesta en contacto con la Fundación Hombres Nuevos. Una vez aceptada la solicitud, comenzó la preparación de mi viaje, de mi voluntariado, a una aventura que jamás pensé que sería así.
Mis primeros días comenzaron con gran timidez y miedo, desconocía a la gente, pero con el paso del tiempo se convirtieron en una parte de mí, de mi día a día e incluso, podía considerar les mi familia adoptiva. Me involucraron en la fraternidad como un miembro más, sin importar mis posturas, creencias, ideales. Los primeros días me enseñaron los lugares en los que esta ría, donde realizaría mi voluntariado con el que descubrí una faceta de mí que jamás pensé que podría existir. Mi idea previa al viaje y expectativa de él, era realizar mi voluntariado con niños debido a los estudios que me encuentro realizando en la Facultad de Palencia (Educación Primaria y Educación Infantil). Y pese a que a mi llegada eso era lo previsto, gracias a los apoyos de miembros de la fraternidad me animaron a probar nuevas experiencias con las personas mayores en un centro de día. Al principio no me veía capaz, pero descubrí que sí lo era y acabé realizando mi voluntariado en un centro educativo, lo cual me hizo valorar la verdadera importancia de la educación y contrarrestarla con la realidad de España y con los mayores. Estos últimos me demostraron el valor de la vida, las dificultades que esta presenta, pero lo importante que es una sonrisa y tirar hacia delante porque siempre hay que salir de todo ello, que se puede si nosotros lo creemos y que toda pérdida es una ganancia.
Mi pánico, miedo, incertidumbre comenzó a apoderarse de mí en el momento de emprender el viaje, pero sabía que la experiencia, el voluntariado y los valores que iba a adquirir iban a sobreponerse a todo ello, como así resultó ser.
Esta experiencia me ha enseñado a valorar, escuchar, creer, confiar, vivir, y sobre todo disfrutar de cada día sin importar lo que se tiene, lo que se pierde, vivir el ahora y aprovechar todas las oportunidades que nos brinde la vida porque no sabes cuándo regresarán ni si mañana podremos seguir viviéndolo y compartiéndolo con las personas a las que se quiere.
Por último, me gustaría dar las gracias a cada persona que forma parte de la fraternidad, y que compartieron mi día a día, a las que recuerdo cada día que pasa y que me han acompañado a lo largo de mi estancia, de mi camino en Bolivia, en Santa Cruz, en el Plan 3000 y en el Urkupiña. Así como los niños y mayores que me enseñaron a valorar lo que realmente vale la vida y merece la pena. Gracias Hombres Nuevos por brindarme esta oportunidad y gran experiencia, nos vemos pronto.