05.09.2023
EL SACRAMENTO DE LA AMISTAD
En el mes de agosto – 2023, perdí cuatro amigos. Murió Ángel Aguado en San Cebrián de Campos, Antolina Cardeñoso, en Palencia, Mariano Moreno en Madrid y Amalia Seoane en Santiago de Compostela: Un sacerdote, una Hija de la Caridad, un obispo y una laica. Cuatro amigos y amigas del alma. Vivimos el camino de la amistad juntos, en reciprocidad y plenitud.
Siento una profunda tristeza. Quedan cuatro vacíos en mi corazón y una esperanza en el alma. Nuestra amistad compartida floreció como una rosa de pétalos blancos, rojos, amarillos y granates, que reflejaban el colorido de nuestra amistad, con todo lo que tiene de ternura y amor gratificantes.
No deja de ser significativo que en las cuatro amigas y amigos esté representada la humanidad integrada: El 50% del potencial femenino y el 50% del potencial masculino. Tenía razón San Agustín: “En este mundo no hay nada agradable sin amigos”. Así lo verifiqué con estos dos amigos y con estas dos amigas ¿por qué?
Por varias razones:
- En ellos y en ellas, me sentí “reconocido”,
- Alentado en la búsqueda de la verdad, expresada en Dios, en Jesús de Nazaret, en el Espíritu Santo y vislumbrada en esa realidad planetaria de la pobreza.
Identificados en el camino, en la entrega a fondo perdido, en el compartir sentimientos y opciones, juntos trazábamos los contornos de la verdad y sentíamos con fruición la alegría de vivir, dar lo mejor de nosotros mismos y entendíamos el arte de vivir en ser felices y ayudar a los demás a ser felices.
En los sacramentos celebramos la presencia liberadora de Dios y en la amistad vivimos el trasunto de Dios.
Desde la distancia, Ángel, Antolina, Mariano y Amalia, me compartís paz, armonía y ternura.